COSTUMBRES VIKINGAS

CLASES SOCIALES

Reyes, Nobles Y Guerreros

La casta dominante eran los comandantes guerreros del pueblo (Hersir), que eran vasallos al servicio de los nobles (Holds y Jarls) y por encima de todos el rey (nórdico antiguo: Konungr). Los miembros de esta casta superior, elegidos por el pueblo, eran los que dirigían las grandes campañas de conquista. Si los jefes no lograban éxitos guerreros, eran destituidos por el pueblo, que inmediatamente se ponía al servicio de otro jefe en quien tuviera mayores esperanzas. Lo mismo cabe afirmar de los reyes, quienes no gozaban de plena legitimidad hasta que el Thing (asamblea) de los hombres libres les había jurado fidelidad. Este juramento de fidelidad era igualmente necesario para que, a la muerte del rey, empezara a reinar su hijo, quien en principio era heredero del trono.

CAMPESINOS, ARTESANOS Y COMERCIANTES

El núcleo de la sociedad estaba formado por campesinos y artesanos llamados bændr, los que constituían una clase media muy generalizada. Eran hombres libres y tenían destacados derechos, tales como el uso de armas y el privilegio de integrar una asamblea local. Los bienes de consumo que no provenían de la producción local, sobre todo los artículos de lujo, habían de ser adquiridos a los comerciantes, quienes constituían otra clase social (aunque generalmente suelen ser iguales a los campesinos y artesanos)

Esclavos

La mayor diferencia entre la sociedad de los vikingos y las otras sociedades escandinavas radicaba en que tenía una clase social que no existía en éstas: la clase más baja, los esclavos, llamados thralls. En su inmensa mayoría provenientes de las regiones saqueadas o individuos endeudados, o sus descendientes. Tenían asignados los trabajos más duros, que no requerían ninguna especialización, sino sólo la fuerza física. Desde su nacimiento, los esclavos pertenecían a sus dueños. A diferencia de los siervos, no tenían ningún tipo de derecho legal y les estaba enteramente prohibido el uso de armas. Caso especial son las mujeres raptadas para esposas o concubinas, la inmensa mayoría en Islandia. Si una mujer libre tenía un hijo de un esclavo, era degradada de su clase social y descendía al nivel del padre de la criatura. En cambio, la esclava que tenía un hijo de su dueño, aunque no ascendía en la categoría social, ganaba merecimientos, pues había incrementado el poder personal del dueño con un nuevo servidor. Por lo demás, la condición de la mujer era en todo igual a la del hombre.